martes, octubre 25, 2011

Los dibujos eróticos de Mihály Zichy, comentados por Marco Aurelio Denegri (Parte IV/IV)

Mihály Zichy nació en el pequeño poblado de Zala, al suroeste de Hungría, en 1827, en el seno de una familia terrateniente; murió en 1906, en San Petersburgo.

Estudio bajo el tutelaje del artista Jacopo Marastoni, y en 1844 fue alumno del vienés Ferdinand Georg Waldmüller. Entre 1847 y 1849 fue contratado por la Gran Duquesa Helena Pavlovna como instructor de dibujo de su hija Katharina Mikhailovna, trabajo que le proporcionó el sustento económico hasta entonces esquivo. Luego de una década de independencia artística -periodo muy fructífero, por cierto-, fue nombrado pintor de la corte por el zar Alejandro II (1859). Abandonó la corte en 1874, para asentarse en París hasta su retorno a la corte rusa, en 1882, que no abandonaría hasta su muerte, en febrero de 1906.

Entre sus cuadros más famosos están El héroe murienteEl bote salvavidasLa tristeza de la madreEl descendimiento de la cruz, en su periodo vienés; El ciclo de las sirenasLa hora de la muerteLas estrellas que caenAuto de fe y El dominio del vino, durante su periodo como artista independiente.

La presente serie de dibujos eróticos (que no fueron los únicos) se publicó -como Michael von Zichy- en Leipzig, en 1911, bajo el título de Liebe (Amor). Solo se imprimieron 300 ejemplares antes de la destrucción de las láminas de cobre. (Fuente: Wikipedia)

XXXI. Masturbándose en el baño
De la masturbación se ha dicho, entre otros tantísimos disparates, que es una "ofensa a la castidad". Eso dice el Catecismo de la Iglesia Católica. Que diga lo que quiera, pero los ofensores declaran, enfáticamente, y todos a una, que seguirán ofendiendo a la castidad.

XXXII. La repetición de la lección
Dícese "masturbación mutua" de la manipulación recíproca, por mano ajena. Grave error, porque la masturbación nunca puede ser mutua.
La masturbación excitatoria directa de los genitales de otra persona es una modalidad coital. Técnicamente considerada, estrictamente considerada, una manipulación de esta clase no es un acto masturbatorio, sino un coito manual.

XXXIII. Medida de precaución
Éste es el primero de dos dibujos con el mismo título. Para prevenir la invasión vergal, la previsora impide con la mano izquierda el avance priápico.

XXXIV. Medida de precaución
He aquí un coito manual, no un acto masturbatorio, porque el requisito fundamental y básico para que esto último ocurra es la inintervención de otra persona en el proceso. La masturbación es una práctica solitaria, autoestimulatoria. Cuando a uno le manipulan los genitales, no puede decirse que lo están masturbando, porque esa manipulación ajena no es, evidentemente, auto-estimulatoria, sino hetero-estimulatoria. (Recordad que auto- es la forma prefija del griego autós, que significa mismo, propio, o por uno mismo; y hetero- es la forma prefija del griego héteros, que significa otro, diferente.) Además, en el Diccionario no consta el verbo masturbar, sino el pronominal masturbarse.

XXXV. La anciana y el pintor
Ella, gozosa; él, sonriente. Reconocimiento notable y vívida representación de la sexualidad geróntica, la de los seres humanos senescentes, viejos y ancianos. Qué reconfortante es comprobar que un artista de la talla de Zichy haya sido consciente, no sólo de la existencia sino de la legitimidad indiscutible del placer sexual en la vejez.

XXXVI. La familia nuclear
El padre, la madre y el niño. La mujer es hontanar, es doble fuente. Como madre, da la vida, y como amante, el placer. Mientras nutre al vástago, admite genitalmente a su compañero para la dicha recíproca.
Lo cual como especulación, está muy bien o puede estarlo; pero la realidad es distinta.
Salvo los mochicas y Zichy, nadie que yo sepa, ha representado la familia nuclear. Creo que ello se debe a que la maternidad no se aviene con la voluptuosidad; su juntamiento, en el mejor de los casos, no resulta muy erótico que digamos, y en el peor de los casos, es completamente antierótico. La criatura lactante estorba y por consiguiente sobra. Desconcentra con su presencia la concentración libidinosa de la cópula parental.

XXXVII. Media hora antes del parto
Estupenda muestra de destabuización. ¡Imagínese! Si ahora todavía se cree en la inconveniencia de cohabitar con una mujer embarazada -sobre todo si tiene varios meses de embarazo-, ¡qué no se pensaría antes!; y, sin embargo, ya veis, Zichy nos muestra el coito, no con una gestante que tenga seis o siete meses de gestación; no, nos lo muestra con una mujer que está a punto de parir; treinta minutos antes de que lo haga: demi-heure avant l'accouchement, media hora antes del parto.

XXXVIII. Juego de manos
"Aparece [el pene] situado inmediatamente por encima de las bolsas y delante de la ínfisis púbica, a la que está fuertemente sujeto a dos ligamentos.
"En estado de reposo y flacidez, el pene es órgano blando, verticalmente descendente y de poco lucimiento, que forma con la porción perineal un ángulo agudo; en erección, por el contrario, es órgano gallardo y de dura y turgente consistencia, noble estampa y generoso trapío, que crece y engruesa con muy benéficos arrestos; en esta posición describe una larga y armoniosa curva cuya concavidad, poco acentuada, mira orgullosamente hacia arriba y atrás." (Camilo José Cela).

XXXIX. El viejo sátiro
El viejo preceptor eclesiástico, maleador y perdido, con los pantalones semibajos, manosea con la diestra a su asustada víctima.

XL. Después
Después del goce, la higiene. Deseo, satisfacción, sosiego, asepsia. Y luego, el eterno retorno: el ardor otra vez, el placer nuevamente.


Los comentarios que acompañan a los dibujos y los nombres de los otros cuadros citados fueron tomados del libro de Marco Aurelio Denegri (Lima, 1938), El Arte Erótico de Mihály Zichy (Kavia Cobaya Editores, 1999. Edición limitada y numerada de 250 ejemplares).

Las imágenes fueron escaneadas de la edición de Leipzig por Scanzen, excelente tumblr donde podrán ver el orden original en el que fueron publicadas.

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