domingo, octubre 23, 2011

Los dibujos eróticos de Mihály Zichy, comentados por Marco Aurelio Denegri (Parte II/IV)

Mihály Zichy nació en el pequeño poblado de Zala, al suroeste de Hungría, en 1827, en el seno de una familia terrateniente; murió en 1906, en San Petersburgo.

Estudio bajo el tutelaje del artista Jacopo Marastoni, y en 1844 fue alumno del vienés Ferdinand Georg Waldmüller. Entre 1847 y 1849 fue contratado por la Gran Duquesa Helena Pavlovna como instructor de dibujo de su hija Katharina Mikhailovna, trabajo que le proporcionó el sustento económico hasta entonces esquivo. Luego de una década de independencia artística -periodo muy fructífero, por cierto-, fue nombrado pintor de la corte por el zar Alejandro II (1859). Abandonó la corte en 1874, para asentarse en París hasta su retorno a la corte rusa, en 1882, que no abandonaría hasta su muerte, en febrero de 1906.

Entre sus cuadros más famosos están El héroe murienteEl bote salvavidasLa tristeza de la madreEl descendimiento de la cruz, en su periodo vienés; El ciclo de las sirenasLa hora de la muerteLas estrellas que caenAuto de fe y El dominio del vino, durante su periodo como artista independiente.

La presente serie de dibujos eróticos (que no fueron los únicos) se publicó -como Michael von Zichy- en Leipzig, en 1911, bajo el título de Liebe (Amor). Solo se imprimieron 300 ejemplares antes de la destrucción de las láminas de cobre. (Fuente: Wikipedia)

XI. Desvirgamiento
Así, valiéndose de esta pose, desvirga el hombre a la hembra intacta, o para manifestarlo con verbo quevedesco, la desdoncella. Obsérvese la expresión del varón, medio contemplativa, medio tierna, y la mueca de dolor que hace ella al perder su virginidad.

XII. Amor en el bosque
Apréciese en el trámite de esta conjunción sexual un cierto dinamismo sugerentemente violento; el paraguas en el suelo y también la canasta, junto al paraguas; la actitud de ella, de complacida defensa, pero no de rechazo. A él, semidesvestido, nos lo imaginamos bastante apurado, movido por el apremio de la pasión.

XIII. Muestra de posturalidad coital diversiforme
"Para que lo humano se enriquezca, se consolide y se perfeccione -decía Humboldt-, es necesario 'variedad de situaciones'." Parafraseando esto, podríamos decir tranquilamente este otro:
"Para que el coito se enriquezca, se consolide y se perfeccione, es necesario 'variedad de posiciones'."
Verbigracia, la que aquí veis, que no es de las sólitas, pero sí de las interesantes, y que por eso mismo, ocasionalmente, conviene realizar.

XIV. Cunilinctuando a la modelo
Dícese impropiamente "cunnilingus" y "cunilingüis". Lo propio es cunilincto. La palabra cunilincto procede del latín cunnilinctus, voz compuesta de cunnus, vulva, y linctus, lamimiento, lamida (de língere, lamer, chupar, tocar con la punta de la lengua). El cunilincto es el lamimiento, chupamiento y besamiento de los genitales femeninos; tres acciones cunilinctuales precipuas, pero no las únicas; Legman menciona diez. (Cf. G. Legman, Ora-Genitalism. Nueva York, Causeway Books, 1969, 38.)

XV. Bucoseando
Se podría decir -permítaseme el neologismo- que cunilinctuar es bucosear la vulva; el cunilincto es el bucoseo vulvar. En inglés se dice to mouth. Ford y Beach indican que el handling, o manoseo, de los genitales de la pareja, y el mouthing, o bucoseo, son tramites estimulatorios difundidísimos, así en la nuestra como en otras especies. Véase al respecto el tercer capítulo de Patterns of Sexual Behavior.

XVI. Cunilincto
El cunilintuante, como veis, es senescente.

XVII. Exploración sápida y gozosa
Obsérvese que en esta representación el acceso del hombre a la vulva de la mujer es por detrás. Ya lo había dicho Legman, el principal erudito en cuestiones bucogenitales: así es más fácil minetear, y más cómodo también.

XVIII. El jovencito explorador
La designación popular del cunilincto es el galicismo mineta, que tiene dos ventajas en relación con el término culto y técnico, a saber: es voz difundida y popular, y además fácilente pronunciable.

XIX. Sabroseando el lugar por donde vinimos
Adviértase el deserguimiento vergal del cunilinctuante, y sépase, de paso, que el verbo sabrosear lo inventó don Bartolomé José Gallardo (1776-1852) y que Rafael María Baralt prohijó la feliz ocurrencia, pero la docta Corporación matritense aún no admite en su Diccionario el verbo de que se trata, a pesar de ser, como es, perfectamente admisible.


XX. Sabrosura
Dulzura, fruición y deleite, eso es sabrosura. Y naturalmente la hay, y mucha, cuando se hace como se debe la mineta. Este vocablo, como ya dije, es designación popular del cunilincto, procede del francés minette. El verbo correspondiente es minetear. Delvu, seguramente por moción moralínica, exclama: "Un métier de chien!" (¡Un oficio de perro!) (Alfred Delvau, Dictionnaire Erotique Moderne. Ginebra, Slatkine Reprints, 1968, s.v. "Gamahucher une femme".)
En la Salsa Roja, de Leonidas Yerovi (1881-1917), Botelino le dice a Ninette: "Si en vez de llamarse usted Ninette se llamara usted Ninetta..." "¿Qué iba a pasar?", pregunta Ninette. "Que con solo cambiarle una letra -contesta Botelino- iba a tener su nombre en la punta de la lengua..." (Leonidas Yerovi, Poesía y Teatro. Selección y prólogo de Augusto Tamayo Vargas. Lima, Editorial Universo, 1969, 229.)









Los comentarios que acompañan a los dibujos y los nombres de los otros cuadros citados fueron tomados del libro de Marco Aurelio Denegri (Lima, 1938), El Arte Erótico de Mihály Zichy (Kavia Cobaya Editores, 1999. Edición limitada y numerada de 250 ejemplares).

Las imágenes fueron escaneadas de la edición de Leipzig por Scanzen, excelente tumblr donde podrán ver el orden original en el que fueron publicadas.

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