Así, sin bombos ni platillos, yo, Yuri Hernández, en representación de la cúpula toda, doy por inaugurado este (como su título lo indica) triste blog.
Esto es un experimento, una indagación trivial, una suerte de ensayo y error, de prueba tomada en serio por gente que no se toma nada en serio pero que a larga puede tornarse en algo productivo (fundamental y asquerosa palabra) y que a lo mucho aportará un buen momento, tal vez un extraño desahogo y en el mejor de los casos alguna eyaculación fulminante.
No decimos más, no nos queda nada más por decir salvo quizá desearles, bajo formalismos estrictamente protocolares, que la pasen bien y que ojalá a medida que leen el blog se dejen seducir por las veleidades asesinas de los arquitectos del mal rato.
Cum superiorum privilegio veniaque
Y así comienza todo...
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