lunes, diciembre 19, 2011

4:17 am
Mi culo se adhiere a la silla de cuero.

Me gusta andar calato por la casa -tengo muchas historias de desnudez casera que no vienen al caso- y sobre todo por las madrugadas cálidas. Esta costumbre se ha trasladado a la mañana progresivamente; primero descalzo. No, no, primero sin polo, luego descalzo, últimamente en calzoncillos. ¿Será algún síndrome de dejadez? Hace poco estuve en calzoncillos todo el día. Ahora que lo menciono se vienen imágenes de desempleados norteamericanos con su vaso de cerveza al lado y alguna lectura ligera. A esta alturas oigo una canción que me viene a la mente. Bonito disco hicieron ese trío.



4:28 am
He demorado mucho en escribir un párrafo, de repente por las relajantes pausas para despegar el cuero de la piel.

Siento que esto es muy (quisiera poner demasiado, pero tampoco quiero exagerar) tendencioso. Tenía pensado relatar lo que sucede a estas horas de la madrugada e ir poniendo las canciones que me vengan a la mente. Una rara fusión de cuento interactivo, de diario exhibicionista, y confesión innecesaria. De pronto lo único que a usted, esforzado y exquisito lector (si ha llegado hasta aquí), le quede en donde guarda sus recuerdos sean las canciones. Eso me hará sentir bien. Si le quedan las canciones y, además, la imagen de un tipo desnudo; pues, tendremos que preocuparnos por esa imagen. Me gusta mi desnudez, y eso ya dice bastante. Es desagradable andar describiéndose. No diré más. Iré por un vaso de agua. Silencioso como una pantera con mi elefantito entre las piernas. Para darle sonido y paz a mi recorrido, lo siguiente:



4:44 am

Qué bonita coincidencia. Así como lo que he oído cuando puse mute a la música: un gallo cantando, un grillo jodido y un gas sin gracia. (Espero no tener que resaltar la g) Hace hora y media oí lo mismo. Pondré otra canción. Ya que se hablo de un calato y animales, me parece muy gracioso recordar esta canción y el comentario final que a mi parecer es un cierre chistosísimo para una preciosa canción.



5:00 am

Hora de las preguntas. ¿Por qué escribir algo así? ¿Por qué lo leería alguien? Esto debe tener muchas respuestas. Seguro obtendré pocas o solo las mías. (Que no las pondré aquí) Otra pregunta me asalta, pero le digo que estoy desnudo y no tengo nada que se pueda llevar. Entonces la pregunta, indignada me golpea y se va. No logro identificarla, pero siento un mareo. ¿Sí se imagina un mareo, no? Para imaginarlo puede hacer lo siguiente. Luego de poner esta canción, haga lo que yo haré. Oiga y desenfoque la mirada. En ese momento de breve hipnosis decida escribir un diario estando desnudo. Tómelo como un juego.

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