Curioso, realmente curioso.
Días antes de la muerte de Spinetta, dos amigos y yo nos tiramos una amanecida escuchando su música. Confieso que no la he seguido mucho (no más de un par de discos). Sin embargo, me fascinó extrañamente la devoción que uno de estos amigos profesaba hacia su música - bueno de hecho ambos lo hacían, pero uno más que el otro - este amigo, sin quererlo quizá, me contagio un poco de su fanatismo y de paso me enseñó cuan poético era Spinetta, cuan poderosa era su lírica y cuan hipnótica su voz.
Spinetta fue (es, será) un grande, un poeta como pocos cuya muerte llega a doler como nos duelen alguna de sus canciones (Fermín).
Personalmente a mi me encanta esta canción de él con Pescado Rabioso (Artaud, tremendo disco!):
El 8 de febrero del 2012 la voz de Spinetta dejó de pertenecernos, ahora le pertenece al viento...
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